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La Montaña Rusa que era Canadiense y sus infiernos existenciales.


No sé mucho sobre esto que es tu ausencia, solo sé que que el refrigerado se ha quedado vació y la cama sigue desecha aunque duermo en el sillón, mis pies están fríos.

No encuentro el control del T.V ni tampoco mis ganas de vivir...

Las margaritas de la terraza han empezado a morir así como nuestro "nosotros" pegado a la orilla de mis labios.

Necesito tu estúpida cara a las 3:00 am y tu sonrisa burlona ante mis momentos histéricos.

No encuentro tus hoyuelos, ni tampoco tus reproches o a ti separando los dulces verdes pues son mis favoritos.

¿En donde encuentro al chico que gritaba y luego reía a carcajadas?


         Aveces aun puedo verte mirándome bailar desde el sillón, con cara burlona y esa mirada tan malditamente tuya que decía que era lo peor y lo mejor que habías conocido en tu vida.


Ahora ya nadie  se cuestiona el porque sigue conmigo, nadie más que yo...

Ahora ya nadie discute conmigo por el color de las cortinas.

Ahora ya no hay...


Y ya no estas y deseo que mañana la que ya no este sea yo.

Y tus demonios se convirtieron en los míos, y extraño tu acento y tus tradiciones extranjeras, y como mis panqueques con mucha Mapple, porque extraño tus besos del almuerzo.

Y me he quedado en el  sillón a escuchar el eco de tus locas ideas  para un futuro que se me fue entre los dedos.

Me cuestiono el hecho de que quiero que seas tú con cada chico nuevo, y fantaseo con tus celos y no sé si ya es mi costumbre o solo te echo mucho de menos.
Pero aun espero verte furioso, regresando a desordenar mi vida y diciendo que no puedo ser otro chico que no seas tú, porque siempre los has sido y siempre lo seras.

En las noches frías aun siento tu insoportable tacto siempre cálido y tu afán por envolverme en tu pecho como si fuera una pieza única de un arte que solo tu descubriste y no quieres compartir por nada.

Y me siento en aquel pasto con un ramo de margaritas a mirar aquellos nombres grabados en un pedazo de piedra, y la verdad cariño el tuyo quedaba mejor en mis labios.














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