Has llegado a mi vida como esa tormenta de un día caluroso como el infierno. Apareciste así nada más dándome tranquilidad en medio de un caos con tus ojos claros como el cielo y tu silueta que me hace delirar, tus besos son morfina que calman mis ganas de llorar y tu sonrisa hace que la oscuridad se vuelva clara, y de alguna manera estoy tan calmada cuando te veo andar en toalla, llegaste tocando a la puerta como un predicador ansioso de transmitir no sé que cosa y cuando abrí entraste como si nada como si fuera tu casa, como si ya hubieras estado ahí en otras mil vidas, te instalaste de inmediato y te pusiste cómodo, y por alguna extraña razón yo también estaba cómoda, ahí entre tus brazos, todo comenzaba a ir bien y la tristeza tuvo que mudarse porque ya no había espacio para ella, y los días pasaban con mensajes de "Buenos Días Amor".
Todo fue tan rápido que ni siquiera me dio tiempo de mirar atrás, o incluso la velocidad a la que íbamos, las señales de retorno ni las de STOP y cuando vi ya estaba cayendo por dar una mala vuelta.
y mire aquel mensaje y nada en mi se rompió estire mis brazos en la ciada libre en la que ya no me acompañabas estaba lista, estaba lista parada en la puerta para cuando quisieras irte detenerte o mirarte a los ojos mientras yo misma te abría la puerta, estaba lista para tu despedida cariño, pero te fuiste con mas estilo, saltaste por la ventana y yo la deje abierta.
Comentarios
Publicar un comentario