Ojalá que tu calma nunca deje mi tormenta.

Y besarte fue la explosión de miles de sensaciones que jamas había experimentado, fue lento, fue suave, fue no romperme, fue mantener la explosión y mi alma se calmo, y todo de repente se relajo.

Quería quedarme ahí porque todos mis pedazos encajaban perfecto en ese espacio entre tu pecho y tu cuello.

Tus brazos me envuelven como mi cobija predilecta aquella que de niña no soltaba por nada del mundo.

Y siento que todo va a tu paso lento, y lo único que puedo pensar es en ten un trozo de mi vida, lo siento lo ha chupado el diablo, pero aun funciona.

Estamos viendo aquella película que me recomendaron ver por el recuerdo de alguien mas y tus brazos hacen que mis lagrimas se sequen y pueda ver el recuerdo del pasado de una persona de una manera que ya no duele y que aun más me da alegría pues ahora ya estas tú.

Después en aquella habitación tu tacto tan suave, tan calmado, el calor subiendo de apoco, tu pulso y el mio sincronizados pero discordantes las horas volando así como el aliento.

Estoy sentada en tus piernas y aquí todo va bien, todo va bien si eres tú.

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