llore...
llore por él, por mi, por ti, porque así lo sentía, porque así lo quería, y por todos los por qué que la vida no me había resuelto.
Llore, por aquel por qué que dejo algo de mi muerto por dentro.
Llore, por esa ausencia que sigo sin entender
Llore, mucho...
Y me sigo cuestionando que versión estaría bien seguir, acaso no nos va de maravilla ser la hija de puta que no siente un carajo, de que nos ha servido ahora, solo para sentirnos estúpidas de nuevo pero me cuestiono de nuevo y digo que sentir esta bien, que me agrada, que me gusta, que me hace sentir una mierda menos apestosa, y me cuestiono que me haría menos ruinas, destruir o volver a tirar algo que ya esta roto, y estoy divagando fuera de contexto sintiendo este presente redundancia porque me sabe a un futuro insípido donde trato de llenar algo que se me quedo vacío, con un polvo mediocre, pero a ese yo del futuro no siente nada al sentir las manos, los besos o el aliento agitado y me pregunto si quiero eso, pero luego justo antes de contestar el pasado me dan toque en el hombro que me hace voltear y veo como todos los esfuerzos por hacerle entender a ese hombre que lo único que yo quería era mirarlo mucho han sido en vano y que no importa que siempre sera en vano, y no sé si lo que me he tragado es mi orgullo porque me ha sabido a dignidad, así que mi mente vaga una vez más recorriendo el hipotálamo y eso metafórico que llamamos corazón, y me tomo un segundo para darme cuenta que extraño tanto a esa niña frágil e ingenua, y me siento como esos niños que descubren por primera vez que los reyes magos no existen, y me digo que todo va a estar bien y le sumo un punto a la hija de puta que me dice vamos levántate que este presente se volverá pasado y ya no valdrá la pena.
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